Muere Marta Harnecker, divulgadora del pensamiento
marxista
La pensadora
chilena recibió el premio Nacional del Libro en Venezuela en 2006 y el premio
Libertador en 2016
En 1969 apareció un
primer libro de Marta Harnecker (Chile,
1937-Canadá, 2019) que, en no pocos sentidos, marcó a buena parte de la
generación universitaria española de entonces y ha seguido luego influyendo en
América latina: Los conceptos elementales del materialismo
histórico. Nacida en una familia chilena de origen austriaco y de
tradición católica, recibió una formación ideológica vinculada al cristianismo
hasta que, en un viaje a Cuba en 1960, descubrió el marxismo al que se entregó
por completo. La pensadora falleció el pasado 15 de junio en Canadá
aquejada de un cáncer al que no pudo vencer.
De Cuba se desplazó
en 1962 a Francia, donde estudió con un hombre llamado
en aquellos años a influir de una forma tajante en el marxismo de la época:
Louis Althusser. Para bien o para mal, el pensamiento marxista de
finales de los sesenta y principios de los setenta está marcado por la figura
de este profesor, militante del Partido Comunista Francés y empeñado en
descubrir que había no uno sino dos Marx. Althusser fue considerado entonces
una especie de síntesis (para usar el lenguaje de la época) entre la dialéctica
de origen hegeliano y el estructuralismo.
Además de defender
una visión materialista de la realidad enfrentada al idealismo, el materialismo
histórico pretendía afirmar un sentido casi inevitable de la historia que
llevaría a un progreso constante en las condiciones materiales de la humanidad,
al tiempo que un avance en la libertad. Hechos ambos en absoluto ajenos a la
acción de los propios humanos. Durante su etapa cubana, Marta Harnecker se casó
con Manuel Piñeiro, responsable de los servicios de seguridad de la isla y
conocido como 'comandante Barbarroja', que falleció en accidente de automóvil
en 1998 y con quien tuvo una hija. Posteriormente contrajo matrimonio con el
economista canadiense (aunque nacido en Estados Unidos), Michael Lebowitz.
Tras haber pasado
por Cuba y Francia, Marta Harnecker colaboró decididamente con la izquierda
chilena. Tras el golpe
de estado de Pinochet, se instaló en La Habana, donde fue
asesora del gobierno de Fidel Castro. Posteriormente colaboró también con los
gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela. De hecho, uno de los últimos títulos
publicados en España, Ideas para la lucha (El
Viejo Topo), es la recopilación de diversos textos escritos en su etapa
venezolana, en los primeros años de este siglo, aunque revisados tiempo después
para su publicación en libro.
Entre otros
premios, obtuvo el Nacional del Libro en Venezuela en 2006 por Haciendo camino al andar y el premio Libertador,
en 2016 por Un mundo a construir (El Viejo
Topo), una versión actualizada de El socialismo del siglo XXI.
De la influencia de
Althusser en el conjunto del pensamiento europeo puede dar una idea, además de
las polémicas con algunos autores ingleses, la atención que no pocos pensadores
le dedicaron en España. Sin ir más lejos, el primer libro del actual
presidente del Senado, Manuel Cruz, se titula La crisis del
estalinismo: el caso Althusser, mientras que por las mismas fechas se publicaba
un texto firmado por Josep Ramoneda y Lluís Crespo: Sobre la filosofía y su no
lugar en el marxismo, heredero también de la reflexión althusseriana.
Los libros de
Althusser se leen hoy menos, pero el primer título que firmó Marta Harnecker va
por la 68ª edición, lo que indica que, pese a su cercanía a una especie de
catecismo de izquierdas, sigue siendo devorado por las nuevas generaciones,
sobre todo en los países latinoamericanos.
Sería, de todas
formas, injusto, reducir la obra de Marta Harnecker a ese manual porque ella se
dedicó no sólo a divulgar el pensamiento marxista.
Buena parte de sus textos
están dedicados al análisis del mundo contemporáneo desde una perspectiva que
oscila entre la sociología y el periodismo. Una reciente reseña en Rebelión
recoge hasta 89 títulos suyos. No pocos de ellos relativamente recientes y
dedicados al análisis de los problemas de la izquierda contemporánea, siempre
desde una visión que podría ser definida como ortodoxa. La mayoría de esos
títulos han sido publicados en diversos países y en España hay diversas
ediciones en la editorial El Viejo Topo.
Marta Harnecker, en 2013 durante una entrevista en Madrid. CLAUDIO ÁLVAREZ
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