martes, 2 de julio de 2019

¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular en la era digital? - Álvaro Cuadra Rojas



Resumen
Hace ya algunas décadas que Néstor García Canclini planteó una interrogante, tan lúcida como radical, que no ha perdido, en absoluto, su lozanía: ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular? Hemos organizado este artículo, precisamente, como un comentario y sobre todo como una obstinada insistencia en aquella pregunta en torno a lo popular. Así entonces, nos proponemos una lectura crítica de aquel texto de García Canclini, datado en 1983, en el actual contexto de los llamados enjambres digitales.

Lo popular: ¿De qué estamos hablando?

Hace ya algunas décadas que Néstor García Canclini planteó una interrogante, tan lúcida como radical, que no ha perdido, en absoluto, su lozanía: ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular? (García Canclini, 2004) Hemos organizado este artículo, precisamente, como un comentario y sobre todo como una obstinada insistencia en aquella pregunta en torno a lo popular. Así entonces, nos proponemos una lectura crítica de aquel texto de García Canclini, datado en 1983, en el actual contexto de los llamados enjambres digitales (Han, 2014).

En la década de los ochenta de siglo pasado surgió en las ciencias sociales un interés y una preocupación por las culturas populares que nuestro autor atribuye a tres tipos de causas, a saber: causas socioeconómicas, causas políticas y, finalmente, causas ideológicas.

En efecto, desde un punto de vista social y económico, debemos mencionar la expansión de la industrialización y la urbanización en toda la región latinoamericana durante la segunda mitad del siglo XX, lo que se tradujo en migraciones masivas hacia las ciudades y la irrupción de cinturones de extrema pobreza en las capitales y las ciudades más importantes. Asimismo, habría que consignar la incorporación de sectores populares al consumo. En lo que concierne a las causas políticas, recordemos que el ámbito político se va a interesar por lo popular desde dos perspectivas, tanto desde el Estado nacional que busca conocer las “estructuras culturales de los grupos emergentes o migrantes para entender sus movimientos sociales y renovar el consenso en medio de los cambios” (García Canclini, 2004, p. 154), como desde los partidos y movimientos de izquierda, populistas y marxistas. Hagamos notar que, junto al ocaso del Socialismo Real, se ha producido una obsolescencia de ciertas ideas ortodoxas en torno a conceptos como “proletariado” e incluso frente a la noción misma de “clase”

Por último, García Canclini nos refiere las causas ideológicas, proponiendo una línea argumental que resulta muy pertinente en la actualidad, en cuanto a que las crisis económicas del capitalismo y la crisis del Estado remiten a una crisis ideológica-cultural (García Canclini, 2004, p. 154). En este punto, nuestro autor se muestra fiel a Gramsci y su concepción de hegemonía.

Han transcurrido más de tres décadas desde que este destacado antropólogo argentino llamara nuestra atención sobre el súbito interés de las ciencias sociales por lo popular. Es nuestro parecer que este interés no ha menguado con los años; por el contrario, pareciera que la cuestión por lo popular regresa de un modo insospechado.

Resulta pertinente cuestionarse qué respuesta cabría esbozar si repitiéramos la pregunta de partida de García Canclini: “¿Por qué surge con tal vehemencia en los últimos años la preocupación por las culturas populares?” (2004, p. 154). Según nuestra hipótesis de trabajo, ya no sería suficiente apelar a causas socioeconómicas; tampoco bastaría atribuir dicho interés a factores políticos e ideológicos.

Reconociendo la importancia de dichos aspectos, se hace indispensable analizar un nuevo factor ―algo que nuestro autor no pudo haber imaginado hace treinta y cinco años―: lo que podríamos llamar causas tecno-culturales.

Entendemos como causas tecno-culturales la irrupción de un nuevo régimen de significación que está reconfigurando no solo la economía cultural de nuestro tiempo sino, además, los modos de significación y, con ello, el concepto mismo de lo popular. Las transformaciones tecno-culturales contemporáneas ―verdadera mutación antropológica― se despliegan en dos dimensiones que podríamos resumir con los conceptos de comunicación y consumo.

En efecto, las tecnologías digitales han traído consigo la llamada CMC
(Computer Mediated Communication), que no solo ofrece formas inéditas de percepción ―un nuevo Sensorium, para decirlo en términos benjaminianos― sino que además instala, ni más ni menos, un nuevo sujeto de la comunicación llamado usuario.

Las redes digitales cristalizan una convergencia tecno-científica de varias décadas que corre paralela a la expansión del mercado. La llamada Sociedad de la Información se despliega junto a una Sociedad de consumidores de alcance planetario. La comunicación y el consumo estatuyen un nuevo sujeto, el Usuario-Consumidor, y constituyen, a nuestro entender, las dos cuestiones fundamentales que hacen posible replantear la pregunta por lo popular: ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular en la era de la comunicación digital y del consumo?

Álvaro Cuadra Rojas

Universidad Central del Ecuador


REVISTA STVLTIFERA, 1 (2), 2018

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