miércoles, 3 de julio de 2019

La dominación cultural, un encuentro entre Gramsci y Bourdieu - Michael Burawoy



RESUMEN
En este escrito Michael Burawoy relaciona las teorías sobre la dominación cultural de dos de los principales pensadores sociales del siglo XX, Antonio Gramsci y Pierre Bourdieu. De todos los marxistas Gramsci es el más cercano a Bourdieu. Ambos trataron temas muy similares, a pesar de que hicieron sus obras en momentos históricos diferentes. Una posible explicación de ese paralelismo teórico es el paralelismo que a su vez presentan sus historias de vida. Sin embargo, como nos muestra Burawoy a lo largo de este escrito, en conceptos de ambos autores que pueden parecer paralelos (dominación simbólica y hegemonía, campo de poder y sociedad civil, intelectual e intelectual orgánico, entre otros) existen diferencias importantes. Pero, más allá de esas diferencias, el diálogo entre sus producciones teóricas promete ser muy fructífero.

 Introducción
“Sería fácil enumerar los rasgos del estilo de vida de las clases dominadas que a través del sentimiento de incompetencia, de fracaso o de indignidad cultural, implican una forma de reconocimiento de los valores dominantes. Fue Gramsci quien dijo en alguna parte que el obrero tiene tendencia a trasladar a todos los ámbitos sus disposiciones de ejecutor” (Bourdieu 1979: 386).

“Es como cuando hoy se me interroga sobre mis relaciones con Gramsci, en quien se encuentra, sin duda porque se me ha leído, muchas cosas que yo no he podido encontrar porque no lo había leído… (Lo más interesante en Gramsci, que efectivamente he leído muy recientemente, son los elementos que aporta para una sociología del hombre del aparato de partido y del campo de dirigentes comunistas de su tiempo. Todo eso está muy lejos de la ideología de lo ‘orgánico’ por la que es más conocido)” (Bourdieu 1986: 27-28).

“Ahí hay una razón más para fundar el corporativismo de lo universal en un corporativismo conectado con la defensa del interés general bien entendido. Uno de los obstáculos mayores es (o era) el mito del ‘intelectual orgánico’, tan querido por Gramsci. Al reducir a los intelectuales al rol de ‘compañeros de viaje’ del proletariado, este mito les impide emprender la defensa de sus propios intereses y emplear sus medios de lucha más eficaces en nombre de las causas universales”
(Bourdieu 1989: 109).

Si hay un marxista que Pierre Bourdieu debiera tomar en serio, este sería Antonio Gramsci. El teórico de la dominación simbólica debe probablemente entablar una discusión seria con el teórico de la hegemonía. Y, sin embargo, solo puedo encontrar referencias de pasada a Gramsci en los escritos de Bourdieu. En la primera de las referencias que abren este ensayo, Bourdieu se apropia de Gramsci para su propio pensamiento sobre la dominación cultural. En la segunda lo utiliza para apoyar su propia teoría de la política, y en la tercera ridiculiza sus ideas sobre los intelectuales orgánicos (1).

Dada la popularidad de Gramsci en Europa durante los años sesenta y setenta, cuando Bourdieu estaba desarrollando sus ideas sobre la dominación cultural, solo se puede presumir que la omisión fue deliberada y que la alergia de Bourdieu al marxismo se expresa aquí en el rechazo a considerar las ideas del marxista más cercano a su propia perspectiva. Abiertamente declara no haber leído nunca a Gramsci, y afirma que de haberlo hecho lo habría criticado sin rodeos. De todos los marxistas, Gramsci estaba simplemente demasiado cerca como para no resultar incómodo.

No obstante, los paralelos son llamativos. Tanto Gramsci como Bourdieu repudiaron las leyes marxistas de la historia para desarrollar sofisticadas nociones de lucha de clases en las cuales la cultura jugaba un papel central. Ambos se centraron en lo que Gramsci llamó las superestructuras y Bourdieu denominó campos de dominación cultural. Ambos dejaron de lado el análisis de la economía propiamente dicha para focalizarse en sus efectos, en los límites y oportunidades que creaba para el cambio social. Su interés en la dominación cultural les llevó a estudiar la relación de los intelectuales con la clase y la política.

Los dos pretendieron transcender lo que consideraban la falsa oposición entre voluntarismo y determinismo, o entre subjetivismo y objetivismo. Abiertamente rechazaron el positivismo materialista y la teleología, y en su lugar enfatizaron cómo la teoría y el teórico ineludiblemente forman parte del mundo que estudian.

Si se buscan razones para explicar su extraordinaria convergencia teórica, sus biografías paralelas son un buen lugar para empezar. Único entre los grandes teóricos marxistas, Gramsci -como Bourdieu- provenía de un medio rural y modesto. Ambos experimentaron una similar incomodidad en el marco universitario, aunque para Gramsci ello significó abandonar la universidad para dedicar su vida al periodismo y la política, antes de ser brutalmente confinado en prisión por el estado fascista. Bourdieu en cambio haría de la academia su hogar, escalando posiciones hasta llegar a ser profesor en el Collège de France, desde donde hizo sus incursiones en la vida política. A pesar de lo que llegaron a alejarse del mundo rural en el que habían nacido, ninguno perdió nunca contacto con aquél. La experiencia de los dominados o subalternos se convirtió para ambos en una preocupación perenne.

Dadas sus similares trayectorias sociales e intereses teóricos comunes, sus divergencias fundamentales resultan aún más interesantes. Se puede conjeturar que tienen mucho que ver con los muy diferentes contextos históricos -o campos políticos- en los que actuaron. Gramsci siguió a pesar de todo siendo un marxista, implicado en las cuestiones del socialismo en una época en la que este estaba todavía muy presente en la agenda política. Bourdieu por el contrario se distanció del marxismo, prefigurando lo que llegaría a ser un mundo postsocialista. Una conversación entre Bourdieu y Gramsci basada en su común interés por la dominación cultural promete clarificar sus divergencias políticas. Comenzaré tal conversación imaginaria trazando la intersección de sus biografías con la historia, para después interrogar los paralelos entre sus marcos teóricos. Continuaré examinando sus teorías divergentes sobre la dominación cultural - hegemonía frente a violencia simbólica- y sus teorías opuestas sobre los intelectuales.

Michael Burawoy

University of California, Berkeley. International Sociological Association
burawoy@berkeley.edu
Josafat Hernández Cervantes, Nuria Álvarez Agüí y Miguel Álvarez Peralta (traducción y adaptación)


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